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me sobran los discos

El año pasado cerró el último club de alquiler de vídeos de mi barrio. Las tiendas de discos no existen en mi área y las que quedan en el centro son contadas. Está claro que el soporte físico llega a su fin. Nos interesa el contenido, no el medio de distribución.
Siempre ha existido -especialmente antes de Internet- el tema emocional de curar una colección de álbumes o películas que de alguna forma nos representan. Coger el soporte y disfrutar de su empaque y sus contenidos. Pero, luego de haberme acostumbrado a la conveniencia de los mp3, cada vez me fui acercando menos a mis CDs. Tarde o temprano los importé todos al ordenador o los empecé a escuchar en streaming. Y el disco a la pila, a ocupar espacio.
Muchos músicos e ingenieros de audio alegan que la diferencia de calidad entre los CDs y el audio digital comprimido es muy notable, pero la verdad es que con los últimos avances en algoritmos y streaming la diferencia es prácticamente imperceptible para el oído que no está altamente entrenado.
Considero que con el vídeo no aplica el argumento de la diferencia de calidad. Que las películas, series y cualquier tipo de clips estuvieran disponibles en Internet ha demorado más que el audio, pero actualmente muchos títulos se pueden descargar y ver online (legalmente) en la misma calidad -o mayor- que en el soporte rígido. Mientras más crece el catálogo online menos sentido tiene poseer el disco físico.
Las cinematográficas y disqueras finalmente están entendiendo los cambios, pero aún así intentan resistirse: Hacen los empaques más apetecibles para que hagamos colección, o todo lo contrario, con bajo acabado para que sean más económicos y sigamos comprando la caja. Nada en el punto medio. No es más que una estrategia de marketing. Ni hablar las versiones remasterizadas, director’s cut, uncensored version, special edition, deleted scenes bonus material y demás adornos. George Lucas fue un experto en esto.
Años más, años menos, todo esto para en la basura. ¿Alguien dijo 8 track, cassettes, vinilos, VHS y Betamax? Lo peor es que después de haber tirado todo hay formatos se ponen de nuevo de moda. Mejor diría que hacen un tremendo esfuerzo publicitario para ponerlos de moda otra vez. “No hay nada como el vinilo”. La mística vintage. Y empiezas de nuevo a hacer la colección. Entiendo que hay quienes realmente disfrutan tenerlos, bien sea porque son DJs o por un gusto romántico, pero no quiero hablar ni calificar al segmento particular que lo hace por moda.
En el presente si de verdad eres un adicto al sonido en alta resolución, muchos músicos ofrecen varios formatos para comprar los archivos en línea. Los artistas en Bandcamp.com son un buen ejemplo.
Si manejas una colección puramente digital tienes un doble beneficio: mucho espacio libre y una colección totalmente portátil, en tu bolsillo y en la nube. Yo recomiendo combinar el almacenamiento en la red con copias locales para tener un respaldo totalmente seguro.
Un dato poco conocido: Google Play deja subir 50 mil canciones a la nube de forma gratuita y escucharlas en streaming en cualquier dispositivo o descargarlas del todo.
De los derechos de autor:
Para evitar problemas con este tema, lo que puedes hacer con los discos que hayas ripeado y que sabes que no usarás para nada, es sacarlos de su caja y guardarlos en los empaques cilíndricos en que vienen los CDs/DVDs vírgenes.Tirando las cajas y los libros igualmente liberas una cantidad de espacio considerable.
Este es el deber ser.
Y al final…
Muchos álbumes que no escucho y películas que no veo nunca los he regalado sin ripearlos. Me he quedado solo con los discos que veo o escucho, removiendo la caja y conservando sólo los libros de mis favoritos. Tengo los CDs a mano en un estuche compacto tipo carpeta para escucharlos cuando viajo en coche. Tengo seis discos en su caja — son realmente especiales.
Esta ha sido una purga bastante importante y difícil, sobre todo con mis primeras adquisiciones. Ahora mis estanterías están libres de discos. Hasta tiré un mueble y gané un buen espacio.
Claro está, ahora consumo música y video por Internet principalmente -y además legalmente-, con tantas opciones económicas y gratuitas.
Los servicios que uso:
  • Spotify en su versión gratuita.
  • El clásico Youtube.
  • Google Play: No pago el streaming de música, pero he subido mi colección de álbumes. Una que otra vez he comprado algún tema suelto.
  • Netflix: No lo pago todos los meses, depende de cuán ocupado esté o de las ganas que tenga de ver alguna serie. Me doy de alta por un mes o dos y luego descanso.
  • Tengo Wuaki.tv en la mira. A diferencia de Netflix, se pueden comprar/alquilar series y películas específicas. También se puede pagar la tarifa plana por una selección de producciones.

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