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gafas residentes: cargando con menos en el día a día

Hace más de 15 años que uso las mismas gafas, les tengo mucho cariño así que siempre las cargo conmigo. Recientemente me di cuenta de lo que tendría que haber sido más obvio, si me gustan tanto sería mejor no transportarlas de un sitio a otro.
Dado que tengo muy poca corrección, me he hecho un nuevo par que uso en casa y mis antiguas gafas las dejo en la oficina. Una cosa menos que llevar conmigo y menos riesgo de pérdida. Esta es una de esas compras que simplifican, en lugar de hacer más bulto.
Siempre llevo un bolso conmigo, y si bien fui disminuyendo el tamaño, todavía llevaba muchas cosas. Viendo lo ligero que iba sin el estuche de las gafas me animé a pujar un poco más allá y empecé a sacar más objetos del bolso. Llegué al extremo de no llevar conmigo la llave del buzón de correo en el llavero para hacerlo más portátil.
Ya no llevo más el bolso en mi día a día Barcelonés y la liberación es increíble. En uno de los bolsillos delanteros del pantalón cargo las llaves de casa y oficina, y un porta tarjetas ultraplano con mi identificación personal, atención sanitaria, bicing y cajero electrónico. En el otro el el móvil. El dinero en un bolsillo trasero, sin billetera. Las gafas de sol puestas o colgando.

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