Ir al contenido principal

retomando espacios ocupados por los papeles

Folletos, volantes y hojas de papel es algo que vamos acumulando en grandes cantidades sin notarlo. Cuando vienes a ver tienes un cajón lleno o incluso un archivero. Por la más simple compra o trámite te llenan de documentación, manuales, facturas, garantías o citas previas.
Muchas cosas se pueden tirar, para otras es necesario conservar el original y de otras tantas debemos conservar copias. La mejor solución: Una impresora con escáner. Se pueden conseguir modelos bastante funcionales por unos 50–60 euros. En unos pocos días digitalicé cientos de páginas que amortizaron totalmente el costo del aparato e incluso me ahorraron varias veces su precio si hubiera hecho toda la operación en la calle.
Si bien el equipo tiene su tamaño, tiene gran utilidad y al hacer la balanza con los papeles que saqué hubo una ganancia importante de espacio. Luego de una intensa sesión de escaneado pude deshacerme del todo de un mueble archivador y terminar con una pila de papeles de 3–4 centímetros de grosor. Los documentos digitales los he respaldado en la nube, accesibles desde cualquier sitio, y en dos discos duros.
Por otro lado, hay que tomar en cuenta que en los tiempo de Internet la mayoría de manuales se pueden encontrar en versión digital y las facturas de los servicios también se pueden pedir en formato PDF sin entrega por correo.
Hay otro tipo de papeles que pueden llegar a ser aún más voluminosos y complicados de depurar: Los sentimentales. Cartas, tarjetas con dedicatorias, dibujos y especialmente fotos. Ya antes había hecho una limpieza en la que me había deshecho de unas cuantas fotos, conservando sólo las favoritas. Aún así eran muchas. Los papeles escritos a mano, ni hablar, no toqué ni uno.
Pero, una vez todo lo demás ha sido digitalizado, cuando ves de todo lo que te has liberado, lo consideras de nuevo. Analizando la situación, te das cuenta de que realmente los ítems sentimentales permanecen guardados y los ves muy poco, a veces sólo en mudanzas.
Al final, lo que importa es el recuerdo de la persona, las sensaciones, el contenido, no el papel en sí mismo. Una vez escaneados, es probable que veas más esos recuerdos si, por ejemplo, los rotas en el salvapantalla del ordenador. Además, puedes compartir en la red y tener copias de respaldo que no se deterioran con el tiempo.
Vale decir que siempre hay espacio para excepciones, por la razón que sea. Conservo varias fotos que amplié en la universidad. Me gusta el contenido, la técnica que usé y las características del papel.
Manteniendo bajo el nivel de papel: Escaneo cada papel que recibo, de ser posible el mismo día. Desecho inmediatamente los que no sea necesario mantener.

Comentarios




Creative Commons Licence