No quiero convertirme en un minimalista de extremos innecesarios, así que he ido corrigiendo algunas ideas en el camino. Ahora estoy a favor de hacer compras concienzudas que minimizan tiempo, espacio ocupado, esfuerzo o cantidad de objetos, a pesar de que pueda parecer contradictorio por el hecho de agregar algo más.
Privarte de algunas artículos o servicios en particular no es necesariamente la única forma de alcanzar el minimalismo, ni la más barata.
Desde que me mudé a vivir sólo no había tenido lavadora por dos razones: espacio extra y un aparato menos que mantener. Durante más de 3 años he tenido que transportar la ropa unas 4–5 calles, cargar detergente y monedas y esperar una media hora por el ciclo de lavado, para volver a casa a tender lo limpiado. Usar la secadora implica cambiar de máquina, más monedas y más espera. Alguna vez lo he hecho.
Con el tiempo, para evitar viajes frecuentes compré más ropa, lo que de alguna forma degrada el concepto minimalista. Luego de un viaje de trabajo un mes fuera de casa, descubrí que el espacio de la lavadora hace balance con el espacio ahorrado en prendas de vestir, si realmente eres minimalista y no te importa un guardarropas limitado. Podría ir con más frecuencia al laundromat, pero entonces aparte de poco práctico, ya no es rentable.
Por otro lado, aunque parezca contradictorio, a veces cuando tienes menos cosas que vestir varías con más frecuencia gracias a que es menos complicado escoger.
Ahora tengo una lavadora vertical, de apenas 40 cmts de ancho, y estoy haciendo una limpieza más de ropa, quizás de hasta la mitad de lo que tengo. Hice el experimento a profundidad de no disponer de este electrodoméstico y ahora por comparación he de admitir que había una mejor formula para mí.
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