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otro viaje y otra limpieza

El pasado mes de Febrero estuve un mes en Varsovia de trabajo. Esta vez el reto de desplazarme ligero era mayor que al ir de vacaciones. Por las características del viaje no me parecía apropiado llevar ropa para 3–4 días solamente.
Sin entrar otra vez en detalles de lo que empaqué, me lleve ropa para unos 8 días. Hay que tomar en cuenta que era invierno. Logré ajustar todo en una maleta pequeña y la mitad de una mochila, ambas con tamaño de equipaje de mano. Dentro también llevaba una portátil y una tablet. Esta vez fue inevitable llevar una de las dos piezas de equipaje en la bodega del avión, pero fuera de eso me puede desplazar cómodamente.
En el piso que me reservaron había una lavadora que hizo todo más fácil. En mi piso en Barcelona no tengo -aunque estoy considerando una-, voy a una lavandería autoservicio. Con uno de estos electrodomésticos se puede tener aún menos ropa si se compra uno de poca capacidad y se lava regularmente. También ahorraría el tiempo de desplazamiento y espera. Sería agregar una pertenencia más, pero quiero insistir que el minimalismo no se trata de vivir incómodo.
Al final realicé que si puedo estar un mes de trabajo fuera, haciendo vida cotidiana con no mucha ropa y unos cuantos ítems adicionales, en casa también puedo. Me sentía cómodo con tanto espacio libre. Respecto a la vestimenta, todo es cuestión de cómo combinas pocas piezas para que no se haga evidente cuánto repites.
Llegando a casa, como después de otros viajes, hice limpieza una vez más. Definitivamente puedo vivir con todavía menos.

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