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el día de la reubicación de bienes

El día de los trastos es uno de esos fantásticos momentos en los que se hace realidad un tópico en todo su esplendor: ‘la basura de unos es tesoro de otros’. En Barcelona es raro no conocer gente que se haya servido de este día alguna vez para reciclar -de entrada o de salida- muebles e incluso aparatos electrónicos.
Hace poco, un viernes como toca en mi barrio, me he deshecho de 3 muebles más. Debería llamarse ‘el día de la reubicación de bienes’, como varios hemos coincidido en entenderlo. Barcelona viene celebrando el día de los trastos de la forma actual desde 2007. El servicio de limpieza de la ciudad pasa un día específico a la semana por cada barrio, recogiendo muebles y desechos grandes que no se pueden sacar otros días.
El escritorio me debe haber acompañado unos 7–8 años. Lo he dejado en la calle para reciclar, así que espero que lo hayan cogido antes de que se lo llevara el camión de los trastes. Lo obtuve de la misma forma, así que espero que siga rodando. He de admitir que lo he cambiado por uno comprado, un escritorio plegable. Fue una sustitución de 1×1 y a la vez una de esas compras para tener menos. En este caso menos espacio ocupado.
También se fueron en esta ronda de eliminación una mesa pequeña que reciclé de una amiga hace unos años y un mueble que podía hacer las veces de mesa de noche, cogido en la calle también en el día de los trastos por un amigo. Es una lástima que no todo el mundo se aproveche de esto. Que sí, que los muebles no están en perfecto estado, pero son funcionales y con ponerles un mantel, pintarlos o alguna decoración creativa no lucirán nada mal.


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